Esta curiosa historia está basada en la construcción de la Catedral de Múnich, famosa por sus dos altas torres las cuales se pueden ver desde casi cualquier punto de Múnich. Esta entrada se centrará únicamente en la Catedral de Múnich y sus historias.
Como edificio interiormente es bastante
austera, sin nada que destaque, así que pasa a ser visita obligada por su
cercanía al centro y su historia, no por su belleza.
La primera historia, que más que historia
es un dato, es que fue uno de los pocos edificios de Múnich que no se bombardeó
totalmente, ya que sus dos altas torres servían a los bombarderos como guía
para ubicarse sobre el cielo de la capital bávara. Esto no evitó que su altar
quedara arrasado por las bombas. Hay algunas imágenes en el interior donde
podemos ver como quedó el templo después del bombardeo.
La otra historia, es la famosa leyenda de
la huella del diablo. Cuenta la leyenda que desde la construcción de la
catedral, el arquitecto se estaba quedando sin dinero para terminarla.
Desesperado el pobre hombre y pensativo de cómo haría para terminar el
edificio, se le apareció el diablo para pactar con él. Este le propuso que
tendría todo el dinero necesario para terminar la catedral si prometía
que no habría ninguna ventana en el edificio. Sellaron el pacto y el arquitecto
pudo terminar su construcción.
Una vez terminado, el diablo volvió a ver
el templo que él había financiado, a lo que se encontró un templo lleno de
ventanas. Horrorizado, llamó al arquitecto pidiéndole explicaciones y
amenazándole de que se pudriría en el infierno.
Tranquilo, el arquitecto se llevó al
diablo donde hicieron el pacto, en la puerta frontal de la iglesia, y le contó
que el no había construido ninguna ventana más, sino que cuando hicieron el
pacto ya existían estas ventanas, pero que el no las pudo ver. Realmente
enfadado, el diablo clavó el pie en el suelo de la catedral, con tal fuerza que
todavía se conserva su huella, y prometió que nunca volvería a pisar esa
catedral ya que había sido engañado por el arquitecto.
Aún se puede ver la huella del diablo en
la catedral y desde esa posición no se puede ver ninguna ventana salvo una, que
está encima del altar, que fue construida posterior al bombardeo y por lo tanto
posterior a la leyenda.
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