Bermeo es un pequeño pueblo pesquero
con un mucho encanto, solo paramos a dar un paseo y a comer pero es suficiente
para ver el pueblo que es muy pequeñito. Hicimos un paseo por el centro y por
su muelle, que deja unas fotografías del pueblo preciosas!
En el centro, una
plaza bastante grande al lado del muelle está la oficina de turismo, imposible
no encontrarla. Allí nos dieron un mapa y nos recomendaron un par de
restaurantes. No recuerdo donde comimos, hicimos un menú que fue normalito y
económico.
Las vistas del pueblo
desde el muelle son preciosas. Solamente estuvimos 4 horitas en el pueblo pero
me gustó mucho. Para aparcar, toda la zona del centro es de pago, pero alejándote
un poco del centro ya no se tiene que paga
r y es un paseo de 5 minutitos hasta el muelle, así que ningún problema para aparcar.
Saliendo de Bermeo
fuimos a San Juan de Gaztelugatxe, se trata de un monasterio encima de una roca
en medio del mar unido por un puente y un montón de escalones! Es precioso, y
si sobrevives a la subida de todos sus escalones, no los conté pero eran
muchos, puedes disfrutar de las vistas de la ermita, que tiene una zona de picnic
para quien quiera disfrutar un poco antes de volver a bajar.
Cuando fuimos
nosotros en teoría estaba cerrado y no se permitía el acceso, pero encontramos
a una señora que era de allí y nos dijo que no había ningún problema y subimos
con ella hasta arriba mientras nos contaba un montón de curiosidades sobre el
País Vasco, una suerte!
Antes de empezar a
subir a San Juan de Gaztelugatxe, en el parquin, hay un restaurante por los que
quieran pasar todo el día por la zona, así que otra comodidad que nos ofrece la
ermita!
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