Un día en nuestro viaje a la Riviera Maya lo dedicamos a ver una de las
siete maravillas del mundo (o al menos incluida en muchas de las listas).
Hablamos de Chichen Itzá, la última ciudad de la apasionante cultura de los
Mayas.
Estas ruinas son las más famosas de la Riviera Maya, reciben millones de
visitas al año. No visitar las ruinas si has estado en Riviera Maya lo
podríamos comparar ir a París y no visitar la Torre Eiffel o ir a Roma y no
visitar el Coliseo.
Para visitar estas ruinas, muy alejadas de la costa, nos decidimos a
hacer-lo por agencia de excursiones teniendo claro que no queríamos contratar
una excursión del hotel ya que tienen un precio exageradamente cara.
Las distintas formas de visitar las ruinas son:
- Alquilando un coche.
- Haciendo un trato con un taxista (mejor consultar en foro taxistas recomendados).
- Agencia de excursiones ( mirar bien las distintas opciones).
Después de una búsqueda de las diferentes formas que teníamos de visitar
las ruinas nos decidimos por una agencia de la que leímos muy buenas críticas,
tienen una sucursal en España y se han afincado en Playa del Carmen para
realizar excursiones por toda la Riviera Maya.
La empresa se llama excursionesrivieramaya.es, y la verdad salimos muy contentos de su servicio. Su gancho es que realizan las salidas únicamente en español y en grupos pequeños (máximo 15 personas), con un guía mejicano licenciado. No me alargo más contando sus características ya que os he dejado el enlace y no me pagan para hacerles publicidad jejeje.
Empezamos con la excursión, salida a las 6:45h bien puntuales des del hotel
y vamos hacia las ruinas de Chichen Itzá (unas 2 horas de camino). La gracia de
salir tan temprano es que llegando antes
que los demás a las ruinas y poderlas apreciar sin aglomeraciones.
Voy a contar algunos detalles que nos contó nuestro guía Gama (si lees
estas líneas te mando un saludo), del cual solo tengo buenas palabras ya que
recibimos un trato exquisito por su parte.
El primer detalle es que a diferencia de las pirámides egipcias, estas son
pirámides macizas, sin habitaciones o pasillos en su interior, si querían
agrandar la estructura construían encima de la antigua estructura. Tampoco su
finalidad era la de servir de tumbas para sus reyes, únicamente en casos muy
excepcionales esto sucedía.
Otra característica eran los colores, aunque ahora todo lo vemos de color
piedra antes era todo de colores, sobretodo el rojo, el amarillo y el azul. Los
mayas tenían una gran conexión con los dioses y los astros, y hay innumerables
referencias a estas dos cosas. Primero tenemos muchas esculturas y dibujos en
las piedras sobre el Dios de la lluvia, el cual vemos aquí debajo. Además todos
sus edificios estaban alineados con aspectos astrales y sobretodo sobre la
posición del Sol. Todos los templos tienen un ángulo de 23º, el ángulo del eje
de la Tierra, podemos ver en los solsticios la famosa serpiente emplumada que
se forma en la pirámide principal.
Como último detalle, y ya me dejo del tostón de historia que os estoy
dejando, es que los mayas compartieron esta ciudad con los Toltecas, otra de
las grandes tribus de México, y se nota su presencia por sus referencias a los
sacrificios humanos y el uso de columnas, que los Mayas no hacían.
En todo el complejo de las ruinas, vemos una infinidad de paraditas de
souvenirs y artesanías (la mayoría de mala calidad), hay que saber elegir.
También podemos encontrar muchas piezas de "plata", se tiene que ir
con mucho cuidado, ya que en muchos casos es plata falsa, un truquillo para saber
si es auténtica o no es utilizar un imán. Se la pieza se engancha al imán
significa que es falso.
La comida del buffet bastante escasa y con una calidad bastante justita,
acostumbrados al del hotel pocas cosas te pueden sorprender fuera de este.
Después del baño y la comida, fuimos hasta la última visita del día, las
ruinas de Ek-Balam, que significa Puma negro.
Estas ruinas aún se están descubriendo, iniciaron la restauración de la
zona en el 2002. Aquí podemos ver construcciones con arcos, considerados mejor
que los romanos ya que no es imprescindible su pieza central, por lo que su
estructura es más robusta.
Otro detalle muy importante para la visita de estas ruinas es que se puede
subir a los edificios y templos, también a su gran pirámide (que en realidad
era un palacio de cinco pisos), que tiene una altura de unos 30 metros, más
alta que la de Chichen Itzá. Poder subir y disfrutar de las vistas de la
infinidad de la selva mejicana es un placer, rodeado de naturaleza y los
templos que asoman para por encima de los árboles. Esta es una imagen que no
podré borrar fácilmente de mi cabeza.
Una vez finalizado el recorrido de la excursión volvimos hasta el hotel
rendidos y habiendo disfrutado muchísimo. Fue una experiencia muy buena y una
visita indispensable para quien vaya a la Riviera Maya.
De qué forma habéis visitado vosotros Chichen Itzá o como lo queréis hacer?
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